sentado al umbral del alba
contemplo la luna
tantas veces amiga,
confidente de mis horas largas.
Y el tiempo se detiene,
y el corazón se para,
y la sangre se hiela,
y me abandona el alma.
Dime, luna, ¿qué pasa?
mi corazón lo presiente,
me lo anuncia el alma,
dime, luna,
¿por qué lloras rosas negras sobre mi alma?
Esta poesía pertenece a mi libro: "MÍRAME"
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