Por: Francisco González García
Había amanecido un día gris, de esos que invitan a evocar tiempos pasados, a escribir algún poema, algún pensamiento, a desempolvar el viejo tablero de ajedrez, rescatar las piezas de su largo letargo y volver a darles vida jugando una partida con algún amigo mientras el aroma a café humeante se esparce por la habitación. Las nubes pasaban por mi ventana igual que pasa la vida...
Sentí que no podía permanecer por más tiempo en casa, me enfundé mi vieja cazadora vaquera y salí a la calle, ninguna cara conocida, ningún amigo a quien saludar, sólo gente anónima que se dirigía apresuradamente a su trabajo, me sentía cómodo, tranquilo, estaba en paz conmigo mismo, dispuesto a apartar de mi mente todas las preocupaciones, todos los malos recuerdos, todos los problemas.
Rara vez me había encontrado en ese estado de calma, de paz interior, me gustaba esa sensación, ese día no estaba para nadie, ese día era sólo para mí, como si fuera mi último día, como si mañana ya no estuviera aquí.
Avancé por la gran avenida que tantas veces había recorrido en mis tiempos de estudiante, ante mis ojos apareció un extraño objeto tirado en el suelo, lo observé durante unos segundos, tenía forma de lata de sardinas, recordé que no me gusta el pescado, recordé las veces que había tenido que comerlo porque no había otra cosa. De una forma involuntaria y despectiva a la vez, propiné una fuerte patada a ese extraño objeto con forma de lata de sardinas.
Seguí avanzando, la lluvia comenzaba a caer, la gente comenzaba a abrir sus paraguas, a mí me daba igual, siempre me había gustado pasear bajo la lluvia.
- ¡Eh tú!, -gritó alguien a mi espalda-.
Pero tenía por costumbre no atender a ningún “¡eh tú!” o similar de los que escuchaba a diario, si alguien tenía interés en hablar conmigo, ya buscaría unos términos más correctos.
- ¡Tú eres el elegido para salvar nuestro mundo!
- Lo siento, - respondí sin levantar la mirada - no me interesa pertenecer a ninguna secta.
- ¿Qué secta?, tú eres el elegido, no puedes renunciar.
Está visto, - pensé - siempre encuentro algún imbécil dispuesto a estropearme el día, dirigí una mirada no demasiado amistosa al lugar de donde procedía la voz, tuve que frotarme los ojos, ¡de aquel extraño objeto había salido una especie de genio!, como esos de los cuentos, tras unos segundos de confusión, finalmente acerté a preguntar:
- ¿Quién eres tú?, perdón, ¿Qué eres tú?.
- Muy gracioso, ¿No ves que soy un genio?.
- Ya, ¡y me vas a conceder tres deseos! ¿verdad? - respondí irónicamente -
- Lo siento, ahora no hay tiempo para eso, debes acompañarme a mi país urgentemente.
En un abrir y cerrar de ojos el genio me había llevado a otro tiempo, parecía las mil y una noches, miré a mi alrededor, me encontraba en el salón del trono de un lujoso castillo, flanqueado por largas columnas de soldados perfectamente uniformados y armados hasta los dientes.
Ante mí, sentado en su trono, el rey, acompañado por una joven y bellísima princesa que permanecía a su lado, de pie. El rey tomó la palabra:
- Te hemos hecho venir porque nuestro reino está amenazado por un dragón, un dragón de siete cabezas que escupe fuego por cada una de ellas.
- Joder, ¡cómo mi ex-mujer!, - repliqué - pero nadie pareció entender el chiste.
- Arruina nuestras cosechas - prosiguió el rey -, arrasa nuestras casas, mujeres y niños mueren de hambre, nuestra última esperanza eres tú.
- Debe estar de broma - repliqué - ¿qué puedo hacer yo contra un dragón?, suponiendo que exista, ¿qué me dice de su ejército?.
- Nuestro ejército no puede intervenir, nadie de nuestro tiempo puede hacerlo, - explicó la princesa -.
Tiene su guarida en la gran Montaña Sagrada, nadie osaría subir allí, además el dragón es para nosotros una criatura sagrada, sólo una persona del futuro puede enfrentarse a él.
- ¿Y han elegido al primer imbécil que pegó una patada a una lata?, lo siento pero me largo. Dos soldados cruzaron sus lanzas ante mí impidiéndome el paso.
- Dejadle ir, sin duda es un cobarde, ¡no nos sirve!.
Me volví hacia ella, era bellísima, lucía un precioso pelo negro, unos ojos oscuros, profundos, por un instante todo desapareció a nuestro alrededor, solos ella y yo, sólo un cruce de miradas y, sus ojos quedaron clavados para siempre en mi alma, unos ojos que..., que..., ¡que querían hacer de mí un pedazo de carne a la brasa!, ese pensamiento me hizo reaccionar.
- ¡Buen intento princesa!.
Apenas había salido del castillo cuando sentí que alguien me agarraba del pantalón al tiempo que gritaba:
- ¡Señor, va a matar al dragón!, nos va a salvar ¿verdad?, mis padres murieron por su culpa, no dejará que nos haga más daño ¿verdad?.
Me volví, era una niña, un par de lágrimas temblaron en sus pupilas y resbalaron por sus mejillas. Me arrodillé ante ella y la besé.
- ¿Cómo te llamas?.
- Nadia
- Bien Nadia, dime ¿de veras crees que yo sólo puedo vencer al dragón?. La niña asintió.
- Y ¿qué te hace pensar eso?.
- Eres un hombre muy raro, - respondió sonriendo mientras buscaba algo en su bolsillo -.
- Toma, es un amuleto, era de mi madre, te protegerá.
Sonreí, levanté la mirada y allí estaba ella, observando.
Lo cogí con mucho cuidado e hice un esfuerzo para contener las lágrimas.
- Te gusta mucho ¿verdad? - preguntó Nadia -.
- Es precioso, lo guardaré como un tesoro, prometo devolvértelo.
- No me refería al amuleto, te gusta la princesa, se llama Mar, es muy buena y muy valiente.
Sonreí de nuevo y me dirigí a la montaña sagrada, no podía creer que esto me estuviera sucediendo, yo luchando contra un dragón, ¡qué ironía! como si mi matrimonio con la fiera de mi mujer no hubiera sido suficiente, en fin, al menos en esta ocasión lucharía por una buena causa.
Caminaba con paso firme y decidido cuando un pensamiento me tranquilizó, ¿y si el dragón no existía?, ¿y si sólo era mera superstición?.
Seguro que sólo era un volcán que de vez en cuando entraba en erupción, eso era lo más lógico, regresaría y le diría al rey que el dragón les dejaría tranquilos si ubicaban su reino en otro lugar, de repente la tierra tembló a mi alrededor, ¡era el dragón!.
Corrí a esconderme, corté una gran rama y la afilé al máximo por ambos extremos, el dragón se acercaba cada vez más, Dios ¡es real!, ¿cómo lo mato?. ¿le pongo el Compact de Jesulín, o la colección de chistes de Chiquito de la Calzada?.
- Sin duda eso acabará contigo grandullón. Además, te advierto que he visto todos los episodios de McGiver, ¡varias veces!.
Agarré con fuerza la lanza que acababa de hacer, pero no había forma de acercarme, si pudiera esquivar el fuego, tendría una posibilidad, en ese momento sucedió algo increíble.
Mar apareció a caballo, intentaba distraer al dragón, está loca - pensé - ¡la va a freír!, di un salto y comencé a correr, el dragón perseguía a Mar, me escondí detrás de una roca, Mar pasó por mi lado a galope tendido sentí que esa era mi oportunidad, me encaramé sobre la roca y mi lanza voló directa al corazón del dragón, cerré los ojos, creí que había llegado mi hora.
Abrí los ojos con el único deseo de contemplar a Mar por última vez, noté como contenía la respiración, la criatura comenzó a tambalearse ¡le había atravesado el corazón!. Poco a poco se fue desplomando, estaba muerto.
Recuperé el aliento, volví a mirar a Mar, estaba allí, inmóvil, esbozó una leve sonrisa.
- Creí que esta montaña era sagrada princesa, ¿has arriesgado tu vida por mí?, ¡creí que nadie podía subir aquí!.
Ella descendió del caballo, se acercó lentamente.
- ¿Estás enfadado?. Temiste por mí ¿verdad?, arriesgaste tu vida por mí.
- No importa princesa, yo por ti caminaría sobre las aguas.
Me abrazó apasionadamente, me besó, me besó como nunca nadie antes me había besado, un beso largo, húmedo, sentí que estaba calado hasta los huesos, abrí los ojos, ¡todo había desaparecido!, me encontraba en mitad de la acera, calado hasta los huesos y muerto de frío, seguía lloviendo, ahora llovía abundantemente, no quedaba ni rastro de aquel reino, ni del dragón, y lo que era peor, no quedaba rastro de Mar...
Decidí volver a casa, metí mis manos en los bolsillos de mi cazadora vaquera, encontré un objeto extraño, mi corazón comenzó a latir aceleradamente, ¡era el amuleto de Nadia!.
No entendía nada, bueno, no dejaba de ser una experiencia, pero... ¡mi corazón se había quedado en aquel extraño lugar!, me sentía perdido.
Subí las escaleras, abrí la puerta de casa, ¡me habían ordenado todo!, la asistenta jamás entendería que no soportaba que nadie ordenara mis cosas, ahora no encontraría nada, absolutamente nada.
Estaba furioso, muy furioso, cerré la puerta de un tremendo portazo, entré en el salón, allí, inmóviles, encontré a Mar y a Nadia, esto es demasiado, - pensé - ¡estoy como una cabra!.
Mar se acercó y me besó mientras Nadia descubría la comodidad del mando a distancia.
- Hemos venido para quedarnos, susurró Mar.
- Pero, no puede ser - respondí aturdido - en tu tiempo eres una poderosa princesa, pero aquí...
- Da igual, yo por ti, caminaría sobre las aguas.
Hola Paco
ResponderEliminarTan sólo conocía tus poemas, pero veo que dominas muy bien otros géneros.
Este cuento me ha gustado mucho, además me has hecho sonreir en varias ocasiones, tiene chispa.
"Caminar dobre las aguas" qué no hariamos por las personas que amamos.
Un cariñoso saludo y mis mejores deseos. Hasta pronto.
¡EXCELENTE CUENTO! Con toques de humor y amor.
ResponderEliminarBesos ^^
Paco me alegro de verte metido con los cuentos, y si, también me reí en unas cuantas lineas, un cuento perfecto para contar, y el final, dos en casa ya nunca volverás a encontrar nada jajajjaja.
ResponderEliminar.saludos de un humilde cuentacuentos.
jajaja
ResponderEliminarHola Paco.
Hace añooooooooooooossss que no soñaba al leer un cuento.
Ojo un cuento con gracia, chispa y envuelto con mucho amor
Gracias miles
Gracias a vosotr@s, ya creía yo que este blog no lo leía nadie.
ResponderEliminarSiempre os hago llorar con mis poesías. Me alegro de haceros reír un poquito.
Este cuento está basado en mi vida, lo escribí para un concurso que no gané, pero… en el que obtuve el mejor premio, y fue que una profesora del jurado me confesó: “Paco, tu cuento es el mejor, ¡le he dado la máxima puntuación!”
Paco te dejo esto por si te interesa participar. Puedes pasar por el blog de Cardenal Farenas y te apuntas. Un abrazo.
ResponderEliminarhttp://parroquiadefarenas.blogspot.com/
De acuerdo con varios correos recibidos solicitando que realicemos de nuevo otra ronda de Cuentos Compartidos, queremos invitar a los escritores y a los no escritores a la primera reunión de 2009, también con el formato de cuentos cortos y cuyo propósito es la unión de los diferentes blogs en cualquier plataforma, que nos conozcamos más e interactuemos a través de este juego sencillo y bastante creativo.
Les cuento que la última vez participamos 28 blogs de tres plataformas (Blogger, Live Spaces y Wordpress) siendo un éxito total pues leímos 28 cuentos originales y todos bastante creativos.
El título para este cuento será “La fortaleza de mis alas”, no tendrá más de 70 palabras y serán publicados el día 5 de febrero.
Por favor inscribirse en los comentarios, que la parroquia se encargará de actualizar la lista permanentemente.
Guías generales:
- La entrada tendría para todos el Título "La fortaleza de mis alas"
- Fecha de publicación: Febrero 5 de 2009 a las 0:00 horas de Europa
- El encabezamiento de la entrada sería algo así: "Varios blogs amigos nos hemos unido hoy para contar un cuento de navidad en no más de 70 palabras. Al final encontrarán los enlaces a los otros blogs participantes, para que por favor lean sus versiones originales"
- Al final de la entrada pondremos los enlaces a los otros blogs participantes, de manera que nuestros visitantes puedan dirigirse fácilmente a las otras entradas.
Los que quieran participar por favor, les pedimos que lo digan en sus comentarios acá, y yo iré actualizando la lista aquí mismo.
Amigos que ya han confirmado su participación, por orden alfabético:
Cardenal Farenas
Metro
Hola Paco
ResponderEliminarPor si te animas te dejo los cambios:
El título para este cuento será “La fortaleza de mis alas”, no tendrá más de 70 palabras y serán publicados el día 5 de febrero. Podrá ser en verso o en prosa, ampliando así la libertad de expresión, jaja
Yo voy a participar en la categoria de verso.
Deseo qu estés pasando un buen fin de semana. Besos.
No prometo nada, estoy muy mal de tiempo, gracias por tu interés.
ResponderEliminarBesos.
Me ha encantado.
ResponderEliminarHola Paco, gracias por anotarte en el proyecto del Cuento Compartido. Ya estás adentro.
ResponderEliminarBendiciones compartidas
Hola. Ya tenemos la lista final con los 36 participantes en el juego de Cuentos Compartidos del próximo jueves, 5 de febrero y también las instrucciones y recomendaciones finales. te agradeceríamos pasar y confirmar que todo esté correcto.
ResponderEliminarBendiciones agradeciendo tu participación en este bello proyecto
Hola Paco
ResponderEliminar¿Cómo estás? Cuando puedas pásate por el blog del Cardenal Farenas, hoy ha publicado la lista completa de los participantes con su dirección para hacer el copia-pega en tu entrada.
Deseo que pases una buena semana. Abrazos.